Ha sido un gusto ver como niños y niñas tan jovencitos, se organizaban y colaboraban durante las diferentes sesiones, turnándose cuando uno u otro estaba cansado, o tenía que merendar o ir al baño… Incluso en momentos en que yo tenía que estar pendiente de otras cosas, o de colocar trofeos y medallas, no hizo falta que estuviese encima, siempre había alguno que organizaba, y se preocupaba de que todo saliese bien… incluso más que yo, que hubo momentos que me corregían o me decían, en “esta serie solo salen las calles 3, 4 y 5…”. J E incluso el compromiso, cuando el domingo que íbamos a estar más justos, algunos que me dijeron “yo hablaré con mis padres, a ver si puedo venir”. Y algunos lo hicieron.

Han animado a los nadadores Baleares, sin importar a que club pertenecían.

Han aplaudido y animado a los nadadores que participaban en las pruebas de natación adaptada… Las preguntas, la preocupación  y las caras de inocencia (y de susto) cuando tenían que recoger alguna prótesis en las pruebas adaptadas, y también la preocupación para llevarles las chanclas o la ropa si no se podían acercar a la mesa, dejando paso a las sillas de ruedas… ayudando en todo momento.

La verdad es que ha sido muy bonito y gratificante ver que, al final el deporte si une y ayuda a hacer amigos, a trabajar en equipo y a colaborar, hasta en algunos casos, darse cuenta de que “qué suerte tenemos”. Y lo fácil que es, a estas edades, ilusionarlos con una simple camiseta y sobre todo un gorro de la selección, porque ahora “ya podemos nadar como ellos…”. Espero que esta ilusión, inocencia, alegría y frescura les dure mucho tiempo.

De verdad que, a pesar del calor,  el cansancio y los momentos de estrés, ha sido  muy divertido.

Me gustaría que hicieseis llegar mi agradecimiento personal a los niños y niñas que estuvieron en alguna de las sesiones del fin de semana, y a los padres por dejar que sus hijos participasen, en muchos casos, cambiando planes del fin de semana.